Desde el primer contacto visual, tuvimos la sensación de estar ante un auto sólido y bien construido. Es un mediano de los que clasificamos como chicos (3,90 mts) con un porte ancho, bien plantado, con rodado de 14”. También es correcta la terminación exterior, con un ensamblado prolijo de las piezas que conforman la carrocería. Lo mismo sucede en el interior, donde llama la atención el buen acabado y calidad de los materiales plásticos y el espacio muy amplio para todos los pasajeros.
En movimiento, inmediatamente se perciben las bondades de un buen equipamiento. Lo primero es el aire acondicionado y el bloqueo de las puertas, que se produce apenas comienza a rodar, además de la dirección hidráulica, que es suave y precisa.
El Vita tiene un andar agradable. Se nota una suspensión fuerte y sólida, que absorbe con eficiencia las irregularidades del pavimento. El motor de 1.400 cc que exhibe el logo de Toyota en algunos componentes, responde bien, con buena agilidad en la salida y para retomar velocidad, aunque por momentos nos resultó algo fuerte el sonido del motor ante alguna acelerada, a pesar de la buena aislación colocada bajo el capó.
La posición de conducción es correcta, con buena visibilidad directa y mediante los espejos. El baúl, tiene las dimensiones normales de un hatch, y se completa el equipamiento con airbag para el conductor, levanta vidrios eléctricos y radio con reproductor de CD´s y MP3. Tiene llantas deportivas, y faros antiniebla.
Fuente: Autoanuario
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